Luis Seguessa : “Cuando hablamos de cambio climático también hay que pensar en pérdidas humanas y económicas”

Oct 25, 2014Noticias

25.10.14
No sólo tormentas y sequías son las consecuencias de las alteraciones del clima, esto también trae grandes efectos sobre la vida humana y la economía.

Constantemente estamos recibiendo noticias respecto a los efectos del calentamiento global y cambio climático en el equilibrio de nuestro planeta. Sequías de largos años en zonas donde anteriormente no se habían manifestado, tormentas y huracanes de fuerza mayor a las registradas históricamente, pérdida de la biodiversidad debido a alteraciones en el hábitat de las especies son sólo algunos ejemplos de una larga lista.

“El calentamiento en el sistema climático es inequívoco y, desde la década de 1950, muchos de los cambios observados no han tenido precedentes en los últimos decenios a milenios”, menciona el Grupo Intergubernamental de Expertos en Cambio Climático de la Organización de Naciones Unidas ONU (IPCC) en su informe 2013, de la misma forma que reconoce que todos estos fenómenos son causados por la intervención del ser humano, “se ha detectado la influencia humana en el calentamiento de la atmósfera y el océano, en alteraciones en el ciclo global del agua, en reducciones de la cantidad de nieve y hielo, en la elevación media mundial del nivel del mar y en cambios en algunos fenómenos climáticos extremos”, especifica.

El problema ya no se trata de lo que vendrá para las “futuras generaciones” como muchas veces se dice en el discurso cotidiano, sino que las consecuencias hoy día ya se están notando en la mayoría de las sociedades. Los desastres naturales traen consigo grandes pérdidas humanas y económicas, lo que afecta el equilibrio político, económico y social a nivel global. “Cuando hablamos de cambio climático no podemos hablar solamente de tormentas o sequías, también hay que pensar en las pérdidas humanas, en las enfermedades y en las consecuencias económicas que generan los trastornos climáticos”, dice Luis Seguessa, Presidente de Fundación Códigos.

Siguiendo en esta línea, según el Alto Comisionado de ONU para los Refugiados (ACNUR), el cambio climático provocará mayores y más complejas movilizaciones de población a nivel mundial, con el suficiente potencial como para dejar apátridas a algunas personas, por lo que se volverá un problema humanitario. De la misma forma, según el Banco Mundial “el cambio climático afecta a los más pobres de los países en desarrollo”.

Las pérdidas económicas se harían sentir en la mayoría de los países producto de varias razones como la alteración de la agricultura (provocada por la sequía, olas de frío o abundantes lluvias) y la consecuente generación de alimentos. Por ejemplo, según un estudio de la Universidad de Stanford, California, Estados Unidos, está viviendo la peor sequía de la historia producto del cambio climático, lo que ha generado daños en la agricultura que se calculan en 2 mil 200 millones de dólares.

“Irónicamente California es uno de los estados que más se ha preocupado por el cambio climático y calentamiento global, ahí nació la “ley de emisión 0” en la década de los 90, existen varias fábricas de autos eléctricos, existe demanda por estos y hay una población preocupada por el tema ambiental. Sin embargo, es en este estado donde están pagando las peores consecuencias”, dice Luis Seguessa.

Muchas veces estas alteraciones son percibidas como algo frente a lo que “nada se puede hacer”, por tratarse de fenómenos de la naturaleza a los que sólo queda hacer frente y adaptarse lo mejor posible. Sin embargo, si se reconoce que estos tienen un origen antropogénico, es decir son producto de la intervención humana, se abre la posibilidad de entender que no son “inevitables”, sino que son consecuencia de acciones y decisiones que la humanidad ha tomado en periodos concretos y que, por ende, su solución es posible cambiando ciertas prácticas.

Según ha denunciado por varios años Fundación Códigos el mayor problema del calentamiento global y cambio climático está en la tecnología de transporte que utilizamos, siendo la solución el paso hacia la movilidad eléctrica, con autos que no emitan gases ni consuman oxígeno. Los automóviles a combustión interna generan grandes emisiones de CO2 al ambiente, junto con consumir grandes cantidades de oxígeno que terminan deteriorando el equilibrio de la atmósfera. “Por eso trabajamos en Fundación Códigos, porque creemos que hay una solución. Esta es parar la emisión de gases y el consumo excesivo de oxígeno del transporte. Cambiando la tecnología del transporte, este proceso debería retroceder”, menciona Luis Seguessa.